Camino a Bagá (Barcelona). Pasan tantas cosas por la cabeza cuando llevas tantos meses sacrificándote para dar lo mejor de ti en un solo día…
El viaje se hace ameno. Eva conduce, quiere que descanse todo lo posible para la fiesta que me espera mañana. Escuchamos música y charlamos parte del viaje. Hacemos dos paradas para estirar las piernas y comer. Esta última semana he tratado de centrarme en hidratarme y aumentar la ingesta de hidratos de carbono.

Hace cosa de siete meses reservé una habitación en un refugio (Refugio la Rectoría), a unos 15 minutos del pueblo de Bagá, donde tomaré la salida. Desde el primer día que salieron las inscripciones todos los alojamientos estaban completos.
Tardamos cerca de ocho horas en llegar a Bagá, contando con las dos paradas que hicimos. Lo primero que tenemos en mente es recoger el dorsal y dar un pequeño paseo por el pueblo para estirar las piernas y conocer un poco el entorno. Vemos que hay mucho ambiente. Todo el mundo está en la calle y todo el pueblo es una fiesta.

Una vez recogemos el dorsal y llegamos al refugio, nos damos cuenta de que tiene más pinta de “Casa Rural” que de refugio. El dueño nos acoge con una sonrisa y una bonita bienvenida, y es de agradecer. Al llegar a la habitación, nos fijamos en que tenemos baño privado y que en la habitación hay literas, pero da la casualidad de que las dos noches estaremos solos. Eso me da tranquilidad, tendremos más espacio para nosotros.
20:30 Después de organizar la maleta y preparar el material de carrera, decidimos bajar a cenar al restaurante del albergue para cenar algo y subir pronto a descansar y dormir.
Decido comer un plato de pasta a la boloñesa y un poco de tortilla de patata. Charlo mientras ceno con Eva y distraigo la mente. No tardamos mucho en terminar y decidimos tomarnos un poleo con menta en vez de un chupito…jjjj.
22:05 Parecía que estaría en la cama mucho antes, pero decido darle otra vuelta al material y quedarme tranquilo. Relleno los bidones de agua y los meto en la mochila, antes de repasar por última vez el perfil.

22:20 Ahora puedo decir que estoy en la cama arropado y con unas mantas que me cubren todo el cuerpo. Eva lleva 25 minutos acostada y está medio despierta. Se nota el fresquito de la noche y eso me hace una idea de la noche que me voy a encontrar pasadas las 15 horas de carrera.
04:30 Suena el despertador de mi IPhone. Siento que he descansado bien y calentito en estas mantas de “refugio”…jjjj. Eva se despierta nada más escucharme. Mientras me despierto, lo primero que hago es desayunar un café que nos había dejado el dueño del refugio preparado en un termo y un bizcocho casero que compramos en el pueblo junto con unas tortitas de arroz con chocolate.
Me visto y me coloco todo el material revisando que no falte nada. Lo cierto es que la última noche la mente siempre da algunas vueltas y el cuerpo no descansa igual, pero he dormido del tirón y me siento con muy buenas sensaciones. Veremos cómo responde el tobillo, ya que dos semanas antes bajando Peñalara me hice un esguince y apenas he querido correr para dejarlo descansar y así recuperarse lo mejor posible.
05:50 Llegamos a Bagá, nada más aparcar andamos hacia la salida y podemos escuchar el ambiente que hay en el pueblo a esas horas. Da la sensación de que son las 22:00 de la noche y están en fiestas.

Al llegar a la salida, Eva y yo tenemos que despedirnos, ya que no dejan pasar a la zona de corredores. Nos miramos y nos damos un beso y puedo ver que está encantada con todo el ambiente que hay y la cantidad de corredores y familias que se despiden en ese momento. Es uno de los momentos que, personalmente, más me emocionan. Llego a la salida y, como en todas las carreras, tengo que encontrar algún espacio para evacuar la vejiga…jjjj. Es un aspecto más psicológico que otra cosa. Antes de acostarme siempre sigo el mismo ritual…jjjj.

06:00 ¡Tomamos la salida! Depa, el animador de la carrera nos avisa del último minuto antes de tomar la salida. Nos pide a todos los corredores que encendamos los frontales y en ese mismo momento se puede apreciar a todos los corredores que somos y las caras de nervios.
¡Salimos! El ritmo al salir de Bagá es realmente muy lento por todos los corredores que somos. Al cruzar el arco de salida, veo a Eva esperando a que pase y nada más pasar me grita deseándome ánimos, yo la miro y le digo que nos veremos en un rato tirándole un beso.
07:20 – Rebost – km10
Llevamos una hora y veinte de subida y estamos cerca de llegar al Rebost, primer avituallamiento de carrera. Paro para rellenar los bidones de agua y sin perder más tiempo sigo adelante. Llevo un rato sintiendo molestias en la tobillera del pie derecho, en el que sufrí el esguince. La idea es seguir y en el siguiente avituallamiento volver a colocarla o quizá cortar un poco y aflojarla, ya que donde me molesta es en el talón.
La subida es larga y algo lenta. Me llego a plantear la cantidad de tiempo que se puede llegar a perder. Seguimos subiendo y trato de ver dónde piso. No quiero sustos.
09:20 – Niu de l’Aliga -km14
En este avituallamiento trato de comer bien y tomar mucho líquido, ya que en tres horas y 20 minutos hemos realizado cerca de 2000+ en 14 km. Me siento y me quito el calzado, veo cómo tengo la tobillera y con unas tijeras corto un poco la tobillera desde la altura del tendón de Aquiles. Siento un alivio grande en pocos segundos y me vuelvo a colocar la zapatilla y tiro millas.
¡Empieza la bajada¡Me esperan unos 14 km de bajada. Los primeros kilómetros son muy técnicos y los corredores vamos con mucho ojo. Un mal paso puede hacer que se termine la carrera y esto solo ha empezado. Trato de centrarme y con mil ojos intento ver dónde piso, no quiero llevarme un susto y pisar mal y torcerme el tobillo como hace dos semanas. Sé que tengo la lesión muy reciente y tengo que andar con mucho cuidado. El empiece de carrera es de subida y hay momentos que te olvidas del tobillo, ya que vas más lento y el momento de reacción es más rápido.
Después de la bajada técnica me quedo más tranquilo. Empieza una bajada más suave por sendero y un grupo de seis corredores vamos en fila india corriendo a buen ritmo. A medida que pasan los kilómetros, los corredores que van delante empiezan a parar por diferentes motivos y observo que me encuentro realmente bien. Me siento con muy buenas sensaciones y en muchos momentos olvido por completo el tobillo y llego a pensar que debo de estar completamente recuperado.
12:49 – Serrat – km 28
En este tramo, el calor empieza a ser cada vez más fuerte. Me quito los manguitos que llevo puestos en los brazos y los guardo en la mochila; y el buff que tengo en la cabeza también. En este avituallamiento de carrera trato de beber bastante agua e hidratarme.
Estoy empezando a sudar mucho y no quiero deshidratarme. Voy tomando una pastilla de sales cada dos horas. Puedo ver que estoy tirando poco de geles y comiendo bastante bien en los avituallamientos. Eso me lo agradecerá el estómago con el paso de las horas.
Al salir del avituallamiento de Serrat, observo a lo lejos que nos espera una subida pronunciada y uno de los corredores me comenta que el año pasado la recordó muy pesada y larga. A medida que voy subiendo ese repecho no siento que sea una subida demasiado complicada y sin darme cuenta ya estamos arriba. Empieza una bajada de 8 kilómetros para llegar a Bellver.
La bajada por pista a Bellver es realmente larga y pesada. Me habían comentado que era la parte más pesada y menos bonita de toda la carrera. Me lanzo por la pista a muy buen ritmo, (5,50) adelanto algunos corredores y me uno a dos chicos que observo que van juntos y son amiguetes. En esta bajada sé que puedo ganar mucho tiempo de carrera para los próximos cortes.
Puedo apreciar no muy lejos el pueblo de Bellver. Compruebo el IPhone y veo un mensaje de Eva. Me comenta que está esperando para entrar en el avituallamiento en 15 minutos y poder asistirme. Bellver es el primer punto de carrera donde está permitida la asistencia a los corredores. A Eva, la app de la carrera le está informando de que llegaré en 40 minutos. No me cuadra, veo que estoy en el pueblo y calculo que podría estar en 15 minutos. Pero la organización nos hace dar un rodeo al pueblo y eso me cuadra con lo que me dice Eva. Corredores de años anteriores comentaban el rodeo que te hacen dar antes de llegar a la carpa. Realmente se hace pesado este tramo. Trato de pensar que en unos minutos estaré con Eva y podré descansar 15 minutos.
15:09 – Bellver – km 40
Entrando en la carpa del avituallamiento, veo a Eva que sale disparada de la mesa donde estaremos los dos. Nos damos un abrazo y un beso y eso me reconforta y me da tranquilidad. No han pasado muchas horas, pero, sin duda, poder ver a tu pareja con esa sonrisa y dándote ánimos es el mejor premio.
Nos sentamos y suelto todo el material. Lo primero que hago es tomarme un batido recuperador. Eva está más nerviosa que yo…jjj. Se toma al pie de la letra los 15 minutos que tengo pensado estar aquí y ella es más seria que yo con eso. Tomo un plato de pasta, un poco de melón y una coca cola, (solo tomo coca cola en carrera). Eva me prepara la mochila con geles y barritas. En este punto prepara el material obligatorio que nos pedirán a partir de las 18:00: térmico, pantalón chubasquero, guantes y gorro caliente. Veo que la mochila se hace más grande por momentos y eso en una carrera de larga distancia se nota. Decido cambiarme de zapatillas. Las que llevo están algo rígidas, les falta un poco más de rodaje.
Hablo con Eva para distraer la mente un poco y me recuerda que nos estamos pasando de tiempo. Me pregunta por el tobillo y le comento que muy bien. Nada de molestias, solo la tobillera que he tenido que cortarla un poco, ya que me comprimía demasiado el tendón de Aquiles.
Cojo la mochila y salimos de la carpa Eva y yo. Aquí se está demasiado bien. Nos despedimos con un beso y un abrazo. Nos decimos a la vez que nos vemos en el km 74. Salgo trotando para empezar coger calor mientras miro hacia atrás y perdiendo a Eva a lo lejos. Siempre cuesta marcharte.
La salida de Bellber es llana. Perfecta para soltar un poco piernas. Me voy encontrando a corredores de la maratón que están terminando la carrera y solo de pensar que me queda más de la mitad de carrera, me entra la risa por dentro.
En poco tiempo empezamos a tomar altura de nuevo. En este punto conozco a un corredor llamado Óscar, vamos al mismo ritmo en ese momento y compartimos anécdotas de otras carreras y me pone un poco al tanto de lo que nos vamos a ir encontrando después. Ha corrido esta carrera en tres ocasiones y es de Sabadell. Desde ese momento compartimos camino y subida tras subida. Se empieza a notar el desnivel en las piernas, cerca de 3300+ desde que salimos de Bagá.

17:35 – Cortals – km 49
Llegamos al siguiente avituallamiento. Óscar y yo seguimos juntos. Vemos a muchos corredores en este avituallamiento y los voluntarios están de risas y chistes. Óscar y yo estamos pensando en lo mismo: no entretenernos mucho y salir rápido. Recargo líquido, como fruta y dos sándwiches de jamón con queso. La verdad es que el estómago está respondiendo bien y tengo realmente apetito.
¡En marcha a la siguiente subida! En esta subida sabemos lo que nos espera. Realmente se hace dura y algo lenta. Vamos en fila con un grupo de corredores donde se van desvaneciendo y perdiendo el rastro a medida que aumentan los kilómetros. Decido tomarme un gel para que me dé algo de energía. Óscar y yo no hablamos mucho en este tramo para reservar energías y mirar bien dónde pisamos. Voy en cabeza desde hace rato y eso es una responsabilidad. Los pocos corredores que me siguen en este repecho confían por donde estoy pasando y no puedo equivocarme en pasar por donde no es.
El repecho se vuelve más repecho. Me doy cuenta de que sigo en camiseta y pienso que dentro de poco tendré que colocarme el chubasquero. Veo un poco más arriba que estamos llegando a un llano y se aprecia algo de niebla. Nada más llegar, hay tres corredores colocándose el chubasquero en un pequeño prado. La niebla es inmensa y el viento frío. Óscar y yo nos miramos y decidimos hacer los mismo. Sacamos de la mochila la montura (chubasquero), en menos de tres minutos estamos en marcha. Hay otro pequeño repecho, pero esta vez es una cresta de piedras muy técnica. Solo de pensar por donde estoy pasando da escalofríos, si me viera mi madre…jjjj. No se aprecia la altura por la densidad de la niebla y tenemos que hacer un poco de escalada y utilizar las manos.
La noche está cayendo y decidimos sacar los frontales. En estos momentos hemos dejado atrás la cresta y estamos en una bajada bastante técnica, donde los cuádriceps se resienten un poco después de la cantidad de kilómetros y desnivel que llevamos encima.
Logramos dejar atrás esa bajada técnica y seguir bajando. Ahora por un pequeño sendero que te permite bajar trotando y soltar un poco las piernas. Solo quedamos Óscar y yo y la noche. Los palos y las zapatillas son lo único que se escucha en ese lugar. El viento es algo más leve a la vez que bajamos altitud. Estamos en un lugar inmenso de montañas y valles. Óscar dice que es una pena que haga tanta niebla. Este lugar es mágico y precioso. Seguimos bajando por el sendero. De repente en la bajada siento que he pisado algo inestable, una piedra o una raíz. Siento qué el tobillo se tuerce en el mismo lugar donde hace dos semanas me lo torcí. En ese momento no comento nada a Óscar, sigo bajando como puedo y aguantando el dolor. Óscar, no mucho antes me comentaba que le estaba entrando algo de sueño y ya le costaba subir. Trato de ver la gravedad de la torcedura y no desanimarme. No comento nada a Óscar para no anticiparme. Algo me dice que no es una simple torcedura. Quedan varios kilómetros para el siguiente avituallamiento (Agiló). Allí podré evaluar daños.
Seguimos trotando, (yo como puedo con el pie torcido). A lo lejos se consigue apreciar una luz y pensamos que es el próximo avituallamiento.
21:00 – Aguiló – km 65
Ya en el avituallamiento vemos a muchos corredores. Hay una pequeña estufa dando calor en la entrada y se agradece. Óscar y yo nos miramos y nos sentamos un instante para comentar y seguir el plan de estrategia de carrera. Mientras tomo un sándwich y tomo un poco de coca-cola, Óscar me comenta que tiene intención de retirarse, ya que las subidas le están costando mucho y las piernas no le responden. Le comento que yo, a nivel muscular, me encuentro bien, pero que hace unos kilómetros me he vuelto a torcer el tobillo en el mismo lugar que hace dos semanas y siento que no me responde. Noto que se está quedando frio y me duele. Tengo miedo de que me pueda dejar tirado en cualquier momento o vuelva a torcérmelo y sea mucho peor. Hablamos con dos corredores que están en una situación parecida. En su caso, ya no pueden más. Están reventados, palabras textuales.

Finalmente, decidimos retirarnos. Con la mirada nos decimos todo. Muchos pensamientos se pasan por la mente en ese momento, todo el tiempo y dedicación para llegar a este momento y no tener otra opción que renunciar. Llamar a Eva y decirle que no me espere en Gósol, que mi maltrecho pie dice que no quiere seguir y no es negociable. Este año, las lesiones han tenido más protagonismo que los logros. Unas veces se gana y otras se aprende. Lo que no cambia son las personas que llegas a conocer en estas aventuras y las emociones vividas. Ganes o pierdas nadie podrá arrebatártelo. Gracias a todos y en especial a mi Eva. Volveremos.