Emprender un camino y realizar lo que llevas dentro es sencillo pensarlo, pero algo más complejo poder llevarlo a la práctica: miedo a dejar un puesto de trabajo después de varios años, sueldo fijo, comisiones, paga extra, beneficios de empresa, vacaciones, amistades después de tantos años… Más impensable se vuelve la idea cuando tienes familia, gastos y un alquiler o hipoteca que pagar todos los meses.
Hoy hace algo más de año y medio que dejé el sector bancario (en concreto, el sector de deuda) para emprender el camino del Yoga y realizarme.
Más de 10 años trabajando en varias
multinacionales y agencias
Puedo decir que llegó un momento en el que mi trabajo no me realizaba, no me llenaba y no me hacía sentir bien como persona. Posiblemente, por ese motivo empecé a practicar más Yoga a nivel personal. Darme cuenta de que algo no funcionaba bien fue sencillo: llegar a casa y que no me apeteciera hablar del trabajo, ni en particular, ni en general, nada, prefería obviarlo, como si no hubiera pasado por allí. En ese momento, me planteé que algo no funcionaba.
Es fácil ponerse excusas y tratar de hacer lo «correcto». La mente te hace muchas preguntas. Qué pensara la familia y amigos si dejas un puesto de trabajo después de tantos años y de qué vivirás.
MIEDO
Todo se resume en una palabra: miedo. Miedo a las creencias que nos han inculcado en esta sociedad y que no son reales. El no poder emprender una idea o proyecto por el miedo a que no funcione.
EL SALTO
En mi caso, no dejé de la noche a la mañana mi trabajo. Establecí unas buenas bases desde el principio antes de dar ese salto. Cuatro años antes, estuve impartiendo clases de Yoga en una escuela de Lavapiés por las tardes después de trabajar jornada completa en el sector bancario. En esos años seguí formándome como profesor e impartiendo clases. En la actualidad, sigo manteniendo esa sala de Yoga con los mismos alumnos con los que comencé y alumnos nuevos que se han ido incorporando en estos años. Además, imparto clases en otros estudios de Yoga y clases particulares de Yoga y entrenamiento personal.
Y sí, tuve muchos momentos de miedo y de inseguridad en mi nuevo proyecto de vida. Como todo el mundo, tengo gastos y facturas todos los meses y eso no da tranquilidad. Al final, la ilusión y las ganas de emprender algo en lo que crees, supera a cualquier fantasma.
FELICIDAD
Después de un año de este cambio radical, de este salto, puedo decir que me ha supuesto un gran aprendizaje profesional y personal; además de encontrarme a gente en el camino que está dispuesta a confiar en mi proyecto y a ayudarme. No fue fácil, no te voy a engañar. Es importante tener claro tu sueño y tratar de protegerlo. La familia, amigos y gente cercana tratarán de entender tu forma de pensar y muchos no lo entenderán y pondrán en juicio tu nuevo sueño y proyecto de vida. Simplemente, escúchalos.
Una anécdota que tengo desde que dejé mi antiguo trabajo: cuándo me preguntan “¿En qué trabajas?”, les respondo “Yo no trabajo. ¡Desde hace más de año y medio!”. Con esto me quiero referir a que cuando te dedicas a algo que es tu verdadera pasión, no es un trabajo, ya que no es una obligación.
Siempre me he repetido estas dos preguntas:
¿Qué valor al mundo tienes pensado dar?
¿Sabes quién eres?
Es bueno poder parar un instante y ser honesto contigo mismo, replantearte si el lugar donde te encuentras te permite ser tú mismo, expresarte libremente y explorar otras posibilidades. En resumen, si te hace feliz.
Aquí os dejo una entrevista que me hicieron en ProntoPro sobre mi experiencia como profesor de Yoga: Hatha Yoga y Yoga restaurativo: una filosofía de vida para sentirse pleno
