Yoga para principiantes

Todavía muchas personas interesadas en iniciarse en el yoga piensan que deben tener mucha flexibilidad y que nunca podrán hacer las posturas (asanas) que ven en los libros o en los medios y que se podrían hacer daño. Siempre que algún nuevo alumno me pregunta por esto desde la inquietud, me sale una sonrisa cómplice con él. Alguna vez, les he contestado que si el primer día que empezaron a conducir llegaron a meter la quinta marcha en el coche de autoescuela.

La vida son procesos, etapas y aprendizajes como el camino del Yoga. Todos nosotros estamos en un proceso de transformación distinto, pero  es inevitable que el ser humano se compare con otras personas o vayamos al baúl de lo vivido en el pasado e intentemos desde nuestra perspectiva hacer las cosas desde otro punto de donde no debemos de comenzar.

Mi propuesta para todos los alumnos que me consultan es empezar con un yoga para principiantes. De esa forma empiezan a familiarizarse su mente y cuerpo con lo que acontece dentro de la esterilla. Toman esa conciencia desde lo sutil, integrando las asanas (posturas) y el pranayama (respiración) en cada movimiento y transición, y escuchando cómo la mente desde la calma va aceptando lo que ocurre en ese momento sin encontrar agitación o incomodidad.

En tu primera clase de Yoga, te propongo llegar un poco antes a la práctica para relajarte y compartir un instante y conocer a tus nuevos compañeros tomando una infusión.  Si tienes unos pocos minutos,  colócate en savasana (postura del cadáver) para relajar la mente y el cuerpo en la esterilla antes de comenzar la práctica.

Una vez que comience la clase, mi consejo, colócate en un lugar donde estés cómodo y cerca de otros alumnos que lleven tiempo practicando y poder aprender también de ellos en este camino.  Escucha atentamente tu cuerpo y haz hasta donde puedas. Si en algún momento te encuentras cansado, puedes parar y descansar en una postura de relajación para después seguir la práctica. Observa con suavidad los movimientos y te sorprenderás de lo que es capaz de hacer tu cuerpo, te sorprenderás. Escucha tu respiración cuando esté relajada o cuando se agite y suavízala dándole su tiempo. Observa lo que ocurre dentro de ti, sensaciones, emociones, guárdate dentro de ti esa primera clase y compártela con los que tienes cerca en ese momento.

Te prometo que esa primera clase no la olvidarás.

Espero que puedas compartir ese primera clase conmigo dejándome un comentario y poder leerte.

Feliz practica de muchas.

Namaste

Publicado por Benjamín Cabrero

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