El yoga restaurativo es una práctica que se centra en la relajación del cuerpo, mente y emociones. Es un yoga en el que se activa el Sistema Nervioso Central Parasimpático, es muy recomendado para aliviar el cansancio, el dolor físico, la depresión y conseguir la alineación en las posturas de yoga.
Yoga restaurativo: ¿cómo es una clase?
El yoga restaurativo se podría decir que es una terapia que todo practicante de yoga debería incluir en su práctica de yoga al menos alguna vez por semana. Son muchas personas las que me preguntan con curiosidad sobre este tipo de yoga o terapia y no es fácil resumirlo en pocas palabras. Hoy hablaré de cómo transcurre una clase de yoga restaurativo y sus beneficios independientemente del nivel del alumno.
Normalmente, en una clase de yoga restaurativo se suele empezar con una luz tenue donde el alumno nada más comenzar se encontrará en una postura de relajación (savasana) durante unos minutos en su esterilla antes de iniciar la práctica. Al comenzar se suele empezar con una movilidad guiada y suave para calentar el cuerpo y despertar de la relajación. Al comenzar con las posturas, el profesor guía y asiste con soportes para profundizar en cada postura (asana) sin esfuerzo y de esa forma obtener el apoyo adecuado y buscar ese alineamiento en cada postura. La idea es que el alumno se sienta cómodo y confortable.
En el momento de la clase hay un ambiente íntimo y relajado. Cada alumno va adaptando su práctica y profundizando en silencio. Es un momento en el que el cuerpo está sanándose con la intención de que lo observemos sin juzgar, liberándose y desbloqueando tensiones o nudos físicos y mentales.

Yoga restaurativo: sus beneficios
Es un descanso mental que tenemos con nosotros mismos y un descanso a nivel corporal, ya que hemos trabajado a través del estiramiento y sus posturas. El objetivo al finalizar la práctica es resetear la mente y el cuerpo, siendo más conscientes de nuestra respiración en el día a día.